El luto a veces sobrepasa las palabras. Y eso que hablo de un luto "irreal", el impulsado esta vez por nuestra selección sub 17 de fútbol que calló ante los rivales del premundial y nos dejó sin voz. Esta vez, debía habernos callado una organización tan abrumante que hubiera llenado de orgullo y de valor (quizás el que llenó a los espartanos, aquellos de los que hablamos la semana pasada) a los seleccionados nacionales.
Al menos, por primera vez, mientras revisaba (todavía molesta) las páginas del diario ahora lunes, me reconfortó ver que El Salvador logró su permanencia en la zona II de la Copa Davis. ¿Por qué nos negamos tanto a ser un buen país deportivamente hablando?
No hay palabras, excepto aquellas de crítica (mejorar la planificación, la alimentación, la salud y la educación del país). Solo un par de palabras, así como el par de goles que metieron nuestros jugadores en sus tres partidos. ¿Otra vez ganar experiencia? A ver cuando usamos la que tenemos acumulada después de tantos años.
Feliz semana
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2 comentarios:
Espero que ese luto no sea como dijo Florentino Ariza "Para toda la vida". y comentando sobre el luto y "El amor en los tiempos de cólera", sería muy interesante que escribiéramos sobre las diferentes y extrañas formas de muerte a las que se recurren en la literatura, por ejemplo el suicidio de Jeremiah de Saint-Amour con Cianuro de Oro, en el citado libro.
Estoy muy de acuerdo usted, llevamos decadas cargando un luto que viste de shortcillo y camiseta a la cancha, y que muy de vez en vez saca una alegria. Falta de motivacion (salario,alimentacion, un pesimo sistema de salud,etc)? quizas, pero tambien Honduras esta igual de amolado y aun asi consiguio 4 puntos, o sera sencillamente como en el teatro, un gran actor lo sera en la medida que tenga un gran director...o quizas sera que ya se acomodaron a regresar sin nada, o sera que con dos golitos y los compatriotas de ya se durmermen en sus laureles??? sera que asi es el futbol???...quien sabe...A ver que dia de estos nos ponemos las pilas en el terreno de juego del dia a dia y vestimos la camiseta con orgullo, y quizas ese dia un gol destierre de un grito el silencio.
Nos seguimos leyendo, cuidese.
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