Primero, consígase a un julio cortázar que escriba instrucciones (para llorar, para subir una escalera, para dar cuerda al reloj, entre otros) y hasta un par de preámbulos a estas (como el de para dar cuerda al reloj).
Conseguirá textos insospechados. Desde cómo hacer llorar a una cebolla, pasando por las que te hacen invertir tu sistema circulatorio, hasta cómo ver películas de terror (en casa). Algunas serán largas y reales; otras, cortas e impactantes. Encontrará variedad de emociones, de gajos de la realidad y de la historia humana, condensado todo en unas palabras precisas sin sonrisas perfectas. Soltará más de tres carcajadas por instrucción, excepto en aquellas que son casi historias en las que practicará las instrucciones para llorar, heredadas por el maestro argentino. Duración media para llevar a cabo la tarea tras estas instrucciones, una semana.
(PD: Gracias a los que han hecho esto posible... la niña de los unicornios, los que han hecho estas páginas que se citan -entre ellas, la de donde tomamos la foto-, y los que han acompañado estos procesos instructivos y los que faltan por existir)
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