Por las redadas migratorias en contra de los trabajadores.
Por los cientos de familias desintegradas por su política migratoria.
Por los casi 100,000 muertos civiles en Iraq.
Por echar a andar un aparato de “inteligencia” que no fue tal.
Por las armas de destrucción (decepción) masiva que solo existían en la mente de sus “halcones”.
Por una “misión cumplida” que no fue tal.
Por las víctimas del huracán Katrina, abandonados a su suerte durante días.
Por el peor récord ambiental en la historia de un presidente estadounidense.
Por no haber vigilado a los que tenía que vigilar.
Por Guantánamo, una de las peores aberraciones jurídicas de la historia de Estados Unidos.
Por burlarse del orden jurídico internacional.
Por haber abierto la puerta a la tortura institucionalizada.
Por Natividad Méndez Ramos.
Por José Miguel Perdomo.
Por Donald Alberto García.
Por Carlos Alberto Godoy.
Por José Argelio Soto.
Por Carlos Armando Godoy.
Por ellos y por otros tantos miles de soldados, salvadoreños y de otras nacionalidades, muertos en una guerra que no era suya.
Por hacer de la guerra y la muerte un gran negocio para grandes compañías.
Por mentir abiertamente y sin consecuencias al mundo.
Por el waterboarding, esa técnica de “interrogatorio” que inflinge ahogamiento sicológico, pero no físico.
Por haber dejado a Wall Street depredar al país y al mundo a su antojo.
Por el peor déficit en la historia de EUA.
Por arrastrar al resto del mundo a la crisis que su gobierno dejó suceder sin control alguno.
Por despreciar la diplomacia y el multilateralismo.
Por ver el mundo en blanco y negro.
Por pretender legitimar la idea que la “seguridad” es pretexto para cualquier cosa.
Por erigir muros en lugar de puentes con Latinoamérica.
Por sumir al país y al mundo en la incertidumbre económica.
Porque los que causaron la crisis son más ricos que nunca.
Porque en 1929 los causantes de la crisis se suicidaban y en 2009 viven con todo tipo de lujos.
Porque si fuera el presidente de cualquier otro país se le juzgaría por crímenes de guerra.
Por todo eso y mucho más, adiós, Mr. Bush.
No lo extrañaremos.
(Gracias, Julio, por seguir escribiendo. Me encanta la tranquilidad profunda de sus enunciados y la certeza de que en este lado del mundo hay periodistas que saben lo que hay que hacernos recordar. Un brindis para que en esta era, que empieza "hoy" en Estados Unidos y por ende en el mundo, haya mejores cosas que contar conforme pasa el tiempo. Ojalá la historia fuera caminando varios pasos hacia ser más humanos... Para mientras, que las palabras nos ayuden a ser, a exigir nuestros derechos y a recordar aunque algunos no quieran. Y, que conste: aquí sí extrañamos a Mr. Marenco. Ahí le dejamos una puesta de sol desde -irónicamente- La Libertad...)