Con un diccionario a cuestas. Con mucha sensatez y tranquilidad. Con una impresionante capacidad para improvisar su discurso. Sin atacar a nadie.
Ingrid Betancourt ha sido liberada tras ocho años. Prescindiremos por quién y cómo fue el operativo. Únicamente queremos señalar la inalterada coherencia de sus primeros discursos y la poca prisa de sus respuestas.
¿Qué será ahora de las FARC y de Colombia? ¿Qué nos dejará esto a los latinoamericanos? ¿Habrá alguna repercusión en la humanidad o será un dato para la posteridad en Occidente nada más?
Esperamos que la libertad que le ha sido otorgada hoy a Ingrid y a otras 14 personas más le llegue a otros que estan en iguales condiciones que ella, y que traspase fronteras y forme una verdadera fraternidad entre la gente que puede hacer un cambio en el statu quo. O sea, entre todos nosotros.
miércoles, 2 de julio de 2008
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