¿Qué contaría usted de su infancia? ¿Algún juguete, algún amigo, algún lugar que lo impactó? ¿Hablaría de una pelea entre sus papás o de alguna vez que se perdió en un supermercado? Tal vez contaría de la primera vez que oyó disparos o que sintió la guerra más de cerca. O a qué sabía su primer sorbete o de qué era la primera película que vio en un cine.
Hace un par de días leí una historia de un joven de ahora 15 años. Son sus memorias de cuando tenía 10 y, camino al oftalmógo, junto a su mamá, fue "secuestrado" para ir a parar a una cárcel. Su lucidez es impresionante. Así que, sin muchos preámbulos, aquí está Elías Mejjati.
Ojalá repliquemos esto para que su voz sea escuchada. Y para que no se repita nunca.
lunes, 17 de diciembre de 2007
lunes, 3 de diciembre de 2007
Un hombre contra el silencio
Sí, dicen que el Premio Cervantes es lo más cercano que tenemos al Premio Nobel en estas tierras en que el español gobierna. Y dicen que esta vez se lo llevó un argentino. Dicen que es un señor que se lo merece. Que es buen poeta y buena persona. Dicen que es Juan Gelman.
No nos vamos a extender en su vida y su obra: eso esperamos lo pueda hacer cada uno en la medida de su tiempo y sus intereses. Es solo agradecer por sus palabras y por lo que el Cervantes 2007 puede hacer por el mundo... y eso es divulgarlo, darlo a conocer, hacerlo una figura reconocida por más y más gente. Que sus palabras lleguen a todas partes, ayudadas por los vientos de las editoriales, y que uno de mortal pueda tener acceso a su herencia nomás para seguirla difundiendo. Y disfrutándola, claro está.
A él lo conocí gracias a una película argentina, El lado oscuro del corazón. Me hizo acercarme a tres poetas asombrosos; léase Oliverio Girondo, Mario Benedetti y Juan Gelman. Y cada uno ha ocupado un apartado en mi memoria, y se ha ido individualizando hasta tener un brillo particular. Girondo para mí es el maestro de la forma de los poemas... él hace que sus textos tengan personalidad con la "figura" que los hace tener. Benedetti pues ha sido para mí un compañero de laaaaargas tardes, noches, mañanas y madrugadas; un sujeto que me regaló otro sentido para la palabra luz. Y Gelman me hizo acercarme a una de las particularidades de la época del terror argentino: las torturas y las desapariciones. Con la historia de su hijo y la carta que hizo para que se le ayudara a conocer a su nieta le puso otro rostro a estas repetidas vueltas que han dado los nacimientos para que los niños terminen en una familia que originalmente no era la suya, y que ha pasado aquí (en El Salvador) y en Argentina y en todo el mundo seguramente no solo en tiempo de guerra.
Ojalá sea para ustedes tan buena noticia como fue para nosotros. Y que la palabra siempre se reproduzca a través de todos los que la usamos, y particularmente de aquellos que viven y reviven en ella. Un brindis por Gelman.
(Ah, y Tvsv, no sé nada de algún curso de traducción acá... quizás sea más fácil encontrar algo similar en internet, es decir, algo que podás hacer "a distancia". Si encuentro algo que llene esos requisitos te aviso.)
[El título está tomado del reportaje de José Ajenjo, y la foto de Juan Gelman tomada de http://espanol.agonia.net/index.php/article/240125/index.html]
Suscribirse a:
Entradas (Atom)